El peor de todos los mundos

COPENHAGUE – ¿Han notado que los activistas ambientales casi inevitablemente dicen que no sólo el calentamiento global está sucediendo y a un nivel grave, sino que también lo que estamos viendo es peor de lo que se esperaba?        

Es curioso, porque cualquiera que razonablemente entienda cómo procede la ciencia esperaría que, a medida que refinamos nuestro conocimiento, iremos descubriendo que las cosas a veces son peores y a veces mejores de lo que esperábamos, y que la proporción más probable sería 50-50. Los activistas ambientales, en cambio, casi invariablemente lo ven como 100-0.

Si regularmente nos sorprendemos sólo en una dirección, si nuestros modelos hacen caso omiso de una realidad que es cada vez peor, no es un buen presagio para nuestro abordaje científico. De hecho, podría decirse que si nuestros modelos constantemente entienden algo mal, probablemente se deba a que los modelos están equivocados. Y si no podemos confiar en nuestros modelos, no podemos saber qué acción tomar si queremos marcar una diferencia.

Sin embargo, si los nuevos datos constantemente nos demuestran que las consecuencias del cambio climático se están agravando cada vez más, los argumentos encumbrados sobre el método científico tal vez no acarreen demasiado peso. Por cierto, esta parece ser la postura prevaleciente en la esfera del calentamiento global. Nuevamente, es peor de lo que pensábamos y, a pesar de nuestros modelos deficientes, seguiremos apostando hasta saber exactamente qué hacer: reducir drásticamente las emisiones de C02.

Pero no es correcto, lisa y llanamente, decir que los datos sobre el clima sean sistemáticamente peores de lo que esperábamos; en muchos sentidos, son correctos, o incluso mejores de lo esperado. Si escuchamos decir otra cosa, es un indicio de la adicción de los medios a las historias más desfavorables, pero ese no es un fundamento sólido para las políticas inteligentes.

El punto más obvio sobre el calentamiento global es que el planeta se está recalentando. Se recalentó alrededor de 1°C (1,8°F) en el siglo pasado, y el panel sobre el clima de las Naciones Unidas (PICC) predice que se recalentará entre 1,6°C y 3,8°C (2,9-6,8°F) durante este siglo, principalmente debido a una mayor emisión de CO2. Un promedio de las 38 mediciones estándar del PICC disponibles muestra que los modelos esperan un incremento de la temperatura en esta década de aproximadamente 0.2°C.

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Pero eso no es en absoluto lo que hemos visto. Y esto es válido para todas las mediciones de temperatura de la superficie,  y aún más para las mediciones satelitales. Las temperaturas en esta década no han sido peores de lo esperado; de hecho, ni siquiera aumentaron. En realidad, disminuyeron entre 0,01 y 0,1°C por década. En el indicador más importante del calentamiento global, el desarrollo de la temperatura, deberíamos escuchar decir que los datos son, en verdad, mucho mejores de lo esperado .

De la misma manera, y seguramente de mayor relevancia, el contenido de calor de los océanos del mundo ha estado decayendo durante los últimos cuatro años donde contamos con mediciones. Mientras que la energía en términos de temperatura puede desaparecer con relativa facilidad de la atmósfera liviana, no resulta claro dónde debería haberse ido el calor producido por el calentamiento global –y, de hecho, esto es, nuevamente, mucho mejor de lo esperado .

Constantemente escuchamos decir que el hielo del mar Artico está desapareciendo más rápido de lo esperado, y esto es verdad. Pero la mayoría de los científicos serios también admiten que el calentamiento global es sólo parte de la explicación. Otra parte es que la llamada Oscilación del Artico de los patrones de viento sobre el Océano Artico hoy está en un estado tal que no permite que se acumule el hielo antiguo, pero inmediatamente arroja mucho hielo al Atlántico Norte.

Más importante aún, rara vez escuchamos decir que el hielo del mar Antártico no sólo no se está reduciendo, sino que ha estado por encima del promedio durante el pasado año. Los modelos del PICC pronosticaban una disminución del hielo marítimo en ambos hemisferios, pero, si bien al Artico le está yendo peor de lo esperado, a la Antártida le está yendo mejor.

Irónicamente, Associated Press, junto con muchas otras agencias de noticias, nos dijo en 2007 que el “Artico está gritando”, y que el Paso del Noroeste estaba abierto “por primera vez desde que existen registros”. Sin embargo, la BBC informaba en 2000 que el legendario Paso del Noroeste ya estaba sin hielo.

Todo el tiempo nos inundan con noticias sobre cómo aumentarán los niveles del mar, y cómo un estudio tras otro descubre que será mucho peor de lo que predice el PICC. Pero la mayoría de los modelos arrojan resultados dentro del rango del PICC de un incremento del nivel del mar de 18 a 59 centímetros (7-23 pulgadas) este siglo. Esta, por supuesto, es la razón por la cual los miles de científicos del PICC proyectaron ese rango. Sin embargo, los estudios que sostienen un metro o más obviamente consiguen mejores titulares.

Desde 1992, tenemos satélites que miden el incremento de los niveles globales del mar, y ellos mostraron un incremento estable de 3,2 milímetros por año (1/8 de pulgada) –lo cual es correcto comparado con la proyección del PICC-. Es más, en los últimos dos años, los niveles del mar no aumentaron en absoluto –a decir verdad, revelan una leve caída -. ¿No deberían decirnos que esto es mucho mejor de lo esperado?

Los huracanes fueron la imagen de archivo de la famosa película de Al Gore sobre el cambio climático, y por cierto Estados Unidos recibió el embate en 2004 y 2005, lo que derivó en fuertes argumentaciones de tormentas más fuertes y más costosas en el futuro. Sin embargo, en los dos años que transcurrieron desde entonces, los costos han estado muy por debajo del promedio, desapareciendo prácticamente en 2006. Eso es definitivamente mejor de lo esperado.

Gore citó al investigador de huracanes del MIT Kerry Emmanuel en respaldo de un supuesto consenso científico de que el calentamiento global hace que los huracanes sean mucho más devastadores. Pero Emmanuel acaba de publicar un nuevo estudio que muestra que, incluso en un mundo que se recalienta marcadamente, la frecuencia y la intensidad de los huracanes puede no crecer sustancialmente en los próximos dos siglos. Esa conclusión no tuvo demasiada exposición en los medios.

Por supuesto, no todas las cosas son menos malas de lo que pensábamos. Pero la exageración unilateral no es el camino a seguir. Necesitamos cuanto antes un equilibrio si queremos hacer elecciones sensatas.

https://prosyn.org/LqtRdhhes