LONDRES – Ya hace mucho tiempo que las instituciones profundamente arraigadas, creíbles, responsables y efectivas son consideradas cruciales para un bienestar y una prosperidad duraderos en una sociedad. Protegen a los países de una volatilidad frecuente e inquietante, ya sea económica, política o social, y reducen el riesgo de sacudidas costosas. Pero, hoy en día, las instituciones políticas y económicas clave están siendo presionadas por una inestabilidad inusual en sus entornos operativos y los efectos de una pérdida acumulada de confianza por parte de sus electorados.
LONDRES – Ya hace mucho tiempo que las instituciones profundamente arraigadas, creíbles, responsables y efectivas son consideradas cruciales para un bienestar y una prosperidad duraderos en una sociedad. Protegen a los países de una volatilidad frecuente e inquietante, ya sea económica, política o social, y reducen el riesgo de sacudidas costosas. Pero, hoy en día, las instituciones políticas y económicas clave están siendo presionadas por una inestabilidad inusual en sus entornos operativos y los efectos de una pérdida acumulada de confianza por parte de sus electorados.