CAMBRIDGE – Durante el año que pasó, los mercados estadounidenses han mostrado una capacidad notable para desestimar riesgos internos y externos que afectan al bienestar de la economía y al funcionamiento del sistema global económico, financiero y de comercio internacional. Este desacople entre el riesgo y el sentimiento de los mercados es resultado de tres factores: la fe en las posibilidades ilimitadas de ciertas empresas tecnológicas, una extendida confianza en el excepcionalismo económico estadounidense y la firme creencia en que la Reserva Federal de los Estados Unidos estará allí para sostener los activos financieros. Pero últimamente, dos de estos factores han estado bajo presión, con lo que la permanencia de cualquier perspectiva positiva se torna más dependiente del tercero.
CAMBRIDGE – Durante el año que pasó, los mercados estadounidenses han mostrado una capacidad notable para desestimar riesgos internos y externos que afectan al bienestar de la economía y al funcionamiento del sistema global económico, financiero y de comercio internacional. Este desacople entre el riesgo y el sentimiento de los mercados es resultado de tres factores: la fe en las posibilidades ilimitadas de ciertas empresas tecnológicas, una extendida confianza en el excepcionalismo económico estadounidense y la firme creencia en que la Reserva Federal de los Estados Unidos estará allí para sostener los activos financieros. Pero últimamente, dos de estos factores han estado bajo presión, con lo que la permanencia de cualquier perspectiva positiva se torna más dependiente del tercero.