SALZBURGO –En 2009, mientras la economía mundial todavía se estaba recuperando de la crisis financiera global, el economista y premio Nobel Robert Lucas observó que “en la trinchera todo el mundo es keynesiano”. La implicancia era que, cuando una economía se enfrenta a una crisis económica severa, las normas de la política fiscal convencional deben quedar en un segundo plano frente a la estabilización.
SALZBURGO –En 2009, mientras la economía mundial todavía se estaba recuperando de la crisis financiera global, el economista y premio Nobel Robert Lucas observó que “en la trinchera todo el mundo es keynesiano”. La implicancia era que, cuando una economía se enfrenta a una crisis económica severa, las normas de la política fiscal convencional deben quedar en un segundo plano frente a la estabilización.