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¿Que va a pasar en Venezuela?

WASHINGTON, DC – En gran medida, el futuro de Venezuela será moldeado por decisiones que se tomaran en Washington este año.

La política de Donald Trump con respecto a Venezuela aún no ha sido formulada, pero pronto lo será ya que hay importantes temas de interés para Estados Unidos que requieren de atención y decisiones. Petróleo, gas, sanciones, derechos humanos, inmigración ilegal, narcotráfico, crimen transnacional, la creciente presencia de China en la región y el futuro de la democracia son solo algunos de los temas que involucran a la Casa Blanca y a Venezuela.

Para concretar su política, el presidente Trump deberá dirimir las diferentes posiciones con respecto a Venezuela que existen en su equipo. Simplificando, se puede decir que hay tres puntos de vista: Uno reafirma como objetivo principal la recuperación de la democracia, otro enfatiza el pragmatismo y una tercera posición promueve una acción militar contra Venezuela. 

Marco Rubio, el secretario de estado, representa la primera perspectiva. Richard Grenell, recién nombrado por Trump como Enviado Presidencial para Misiones Especiales ejemplifica la segunda. Al anunciar el nombramiento de Grenell, Trump especificó que la prioridad de las misiones especiales la tendrían Venezuela y Corea del Norte. La salida militar es promovida por diversos grupos e individuos influyentes, pero carece de un líder único. 

Rubio ha sido Senador Republicano durante 14 años, representando al estado de Florida. Como senador, lideró los influyentes comités de inteligencia y de relaciones exteriores y participó activamente en asuntos relacionados con América Latina. Es quizás el secretario de estado que llega al cargo con el mejor conocimiento previo de la región, sus problemas y sus lideres.  En 2016, entró en la contienda para elegir al candidato presidencial del partido Republicano, pero abandonó el intento al no obtener suficientes votos.

Richard Grenell se desempeñó como embajador de EE. UU. en Alemania durante la primera presidencia de Donald Trump y fungió brevemente como director de Inteligencia Nacional, el organismo que preside las 17 agencias de inteligencia del país.

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Grenell ha tenido conversaciones con funcionarios del régimen de Maduro y ha declarado su interés en continuar teniéndolas. “La diplomacia está de regreso y hoy he hablado con múltiples dirigentes venezolanos…Hablar es una táctica” escribió en su cuenta en la plataforma “X”.

 Marco Rubio no lo ve así. “Tristemente, Venezuela no es gobernada por un gobierno sino por una organización de narcotraficantes que se apoderó del estado…Estuve en profundo desacuerdo con el gobierno de Biden por que se dejaron engañar tal como yo sabía que lo harían.  Entraron en negociaciones con Maduro quien incumplió todos los acuerdos a los cuales habían llegado” dijo Rubio.  Para el secretario de Estado es necesario un drástico replanteamiento de la política hacia el régimen venezolano, quien ha usado sistemáticamente las negociaciones, para ganar tiempo, debilitar a la oposición y confundir la opinión pública nacional e internacionalmente.  

El tercer punto de vista es la intervención militar de EE. UU en Venezuela.  Es una posibilidad frecuentemente mencionada, pero que no ha logrado obtener mayores apoyos.

 La idea central es que el régimen de Maduro solo dejará el poder por la fuerza. Quienes apoyan esta idea mantienen que en vista de que ya todo ha sido intentado para desalojar pacíficamente a Maduro y los suyos del poder, no queda más alternativa que darle una solución militar al problema.  Quienes la proponen no ofrecen ideas realistas acerca de cómo transformar su propuesta en realidad. Las preguntas son muchas y las respuestas pocas. La más relevante es si el presidente Trump y su equipo actuarían militarmente contra el régimen de Maduro. Esto es poco probable. Trump ha dicho reiteradamente en su campaña --y ahora de nuevo como presidente-- que no quiere guerras. En su discurso inaugural dijo: “Mediremos nuestro éxito no por las batallas que ganamos sino también por las que terminamos y --quizás más importante-- por guerras en las cuales no participamos. Mi legado más honroso será el de haber sido un pacificador, un unificador.”

Estas afirmaciones y promesas de Trump le abren la puerta a su gobierno para usar a fondo los múltiples instrumentos cibernéticos, comerciales, financieros, militares y diplomáticos de los cuales dispone.  Esto fue intentado por funcionarios del gobierno de Joe Biden, pero resultó en un patético fracaso. Las sanciones, por ejemplo, fueron mal diseñadas y peor ejecutadas por burócratas de bajo nivel y reducido acceso a los centros de poder. El rol de otros países además de EE. UU. también fue menguado y principalmente retorico.

¿Cuál de estas perspectivas será la dominante?

Sera una amalgama de las tres visiones que discutimos aquí. Veremos una mezcla de presiones conocidas, en algunos casos repotenciadas, y en otros casos sin precedentes. Habrá mucha actividad diplomática y constante tensión entre quienes abogan por negociar agresivamente con Maduro, pero dejándolo en el poder, y quienes tienen como meta no negociable su salida del gobierno.  En los próximos meses veremos mucha actividad en este campo, con eventos y sorpresas que por ahora resultan inimaginables.

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