SAN DIEGO – Las empresas y trabajadores de la economía de pequeños encargos son una suerte de magos y alquimistas... pero con trucos reales. Aunque los físicos aseguran que no es posible crear materia, la economía de pequeños encargos —también llamada economía bajo demanda o de bolos— conjura nuevos suministros de cosas, flexibilizando a la economía en su conjunto y combatiendo la inflación. Es una pena que tantos gobiernos no lo reconozcan e intenten aplastar a sus trabajadores con un comportamiento similar al que aplicaron los papas medievales a magos y herejes.
SAN DIEGO – Las empresas y trabajadores de la economía de pequeños encargos son una suerte de magos y alquimistas... pero con trucos reales. Aunque los físicos aseguran que no es posible crear materia, la economía de pequeños encargos —también llamada economía bajo demanda o de bolos— conjura nuevos suministros de cosas, flexibilizando a la economía en su conjunto y combatiendo la inflación. Es una pena que tantos gobiernos no lo reconozcan e intenten aplastar a sus trabajadores con un comportamiento similar al que aplicaron los papas medievales a magos y herejes.