NUEVA YORK – Para muchos aliados de Estados Unidos, los defectos en la guerra comercial del presidente Donald Trump con China –que está en suspenso durante 90 días después de la reunión Xi-Trump en Argentina- residen en la estrategia, no en la motivación. Por cierto, Europa y Japón comparten muchas de los reclamos de Trump. Lo que no saben reconocer es que también hay mucho que pueden hacer para que el sistema de comercio global –y sus relaciones con China- sean más justos y más eficientes.
NUEVA YORK – Para muchos aliados de Estados Unidos, los defectos en la guerra comercial del presidente Donald Trump con China –que está en suspenso durante 90 días después de la reunión Xi-Trump en Argentina- residen en la estrategia, no en la motivación. Por cierto, Europa y Japón comparten muchas de los reclamos de Trump. Lo que no saben reconocer es que también hay mucho que pueden hacer para que el sistema de comercio global –y sus relaciones con China- sean más justos y más eficientes.