Desde que se convirtió en Secretario General del Partido Comunista Chino y Presidente de la República Popular China hace cuatro años, Hu Jintao ha permanecido exasperantemente opaco y con expresión impasible. Sin embargo, en el transcurso del año pasado, el lienzo de misterio ha empezado a caer. La glorificación desenfrenada de Hu del “pensamiento de Mao Zedong”, junto con la supresión del disentimiento de los medios de comunicación, empezó no sólo a revelar a un verdadero autoritario sino también a negar el deseo ilusorio de los liberales tanto dentro como fuera de China, quienes esperaban que Hu sería un líder reformista.
Desde que se convirtió en Secretario General del Partido Comunista Chino y Presidente de la República Popular China hace cuatro años, Hu Jintao ha permanecido exasperantemente opaco y con expresión impasible. Sin embargo, en el transcurso del año pasado, el lienzo de misterio ha empezado a caer. La glorificación desenfrenada de Hu del “pensamiento de Mao Zedong”, junto con la supresión del disentimiento de los medios de comunicación, empezó no sólo a revelar a un verdadero autoritario sino también a negar el deseo ilusorio de los liberales tanto dentro como fuera de China, quienes esperaban que Hu sería un líder reformista.