MOSCU – Mi bisabuelo, Nikita Khrushchev, me ha venido a la mente recientemente. Supongo que fue el 50 aniversario del llamado "debate de cocina" que sostuvo con Richard Nixon lo que primero desató mis recuerdos. Pero el funeral la semana pasada en Budapest del general Béla Király, que comandó a los luchadores de la libertad de la Revolución Húngara en 1956, y el funeral esta semana en Varsovia del filósofo Leszek Kolakowski, cuya rotura con el estalinismo ese mismo año inspiró a muchos intelectuales (en Polonia y en otras partes) a abandonar el comunismo, me hicieron considerar el legado de mi bisabuelo.
MOSCU – Mi bisabuelo, Nikita Khrushchev, me ha venido a la mente recientemente. Supongo que fue el 50 aniversario del llamado "debate de cocina" que sostuvo con Richard Nixon lo que primero desató mis recuerdos. Pero el funeral la semana pasada en Budapest del general Béla Király, que comandó a los luchadores de la libertad de la Revolución Húngara en 1956, y el funeral esta semana en Varsovia del filósofo Leszek Kolakowski, cuya rotura con el estalinismo ese mismo año inspiró a muchos intelectuales (en Polonia y en otras partes) a abandonar el comunismo, me hicieron considerar el legado de mi bisabuelo.