MADRID – Las elecciones del pasado 7 de junio han demostrado que Turquía es una democracia. A pesar de que la campaña electoral no ha sido del todo transparente. Asimismo, la nueva distribución de los escaños de la asamblea da lugar a lecturas claras, tanto en el terreno doméstico como en el internacional.
MADRID – Las elecciones del pasado 7 de junio han demostrado que Turquía es una democracia. A pesar de que la campaña electoral no ha sido del todo transparente. Asimismo, la nueva distribución de los escaños de la asamblea da lugar a lecturas claras, tanto en el terreno doméstico como en el internacional.