NUEVA YORK – Al organizar la Cumbre de 2010 del G-8, en el que participan las principales economías (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos), el primer ministro canadiense, Stephen Harper, hizo un llamado para que fuera una "cumbre de rendición de cuentas", para que el G-8 asumiera la responsabilidad por las promesas que ha hecho a lo largo de los años. Hagamos, pues, nuestro propio balance de la actuación del G-8. La respuesta es, lamentablemente, una calificación de reprobado. Este año, el G-8 ilustra la diferencia entre la pose para la foto y la gobernanza global seria.
NUEVA YORK – Al organizar la Cumbre de 2010 del G-8, en el que participan las principales economías (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos), el primer ministro canadiense, Stephen Harper, hizo un llamado para que fuera una "cumbre de rendición de cuentas", para que el G-8 asumiera la responsabilidad por las promesas que ha hecho a lo largo de los años. Hagamos, pues, nuestro propio balance de la actuación del G-8. La respuesta es, lamentablemente, una calificación de reprobado. Este año, el G-8 ilustra la diferencia entre la pose para la foto y la gobernanza global seria.