PARÍS – En mayo de 1981, el Papa Juan Pablo II sobrevivió a un intento de asesinato. Treinta años después, Osama Ben Laden fue muerto por las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos, pero, al contemplar el mundo ahora, podríamos concluir fácilmente que el dirigente inspirador cuyo credo era el de Roosevelt, quien instaba a temer sólo “el propio miedo” ha perdido y que el fanático que quería dominar el mundo de los “infieles” ha prevalecido.
PARÍS – En mayo de 1981, el Papa Juan Pablo II sobrevivió a un intento de asesinato. Treinta años después, Osama Ben Laden fue muerto por las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos, pero, al contemplar el mundo ahora, podríamos concluir fácilmente que el dirigente inspirador cuyo credo era el de Roosevelt, quien instaba a temer sólo “el propio miedo” ha perdido y que el fanático que quería dominar el mundo de los “infieles” ha prevalecido.