ESTOCOLMO – En una visita reciente a Afganistán y Pakistán no pude dejar de notar la creciente frecuencia de los llamados internacionales para emprender la etapa final en Afganistán. Sin embargo, pensar en llegar a una etapa final en ese país es una ilusión peligrosa: no terminarán ni las etapas ni la historia. Lo único que puede llegar a un final es la atención y la participación del mundo en Afganistán, lo que podría tener consecuencias catastróficas.
ESTOCOLMO – En una visita reciente a Afganistán y Pakistán no pude dejar de notar la creciente frecuencia de los llamados internacionales para emprender la etapa final en Afganistán. Sin embargo, pensar en llegar a una etapa final en ese país es una ilusión peligrosa: no terminarán ni las etapas ni la historia. Lo único que puede llegar a un final es la atención y la participación del mundo en Afganistán, lo que podría tener consecuencias catastróficas.