SAN DIEGO – En los últimos años, un millón de jubilados norteamericanos han tomado una raqueta de pickleball. Tendríamos menos inflación si, en cambio, hubieran echado mano a un martillo, una llave inglesa o un lápiz. Hay carteles de “Se necesita ayuda” por todas partes, desde cafeterías hasta plantas farmacéuticas. Las economías avanzadas podrían aliviar una causa importante de inflación si convencieran a más gente de sumarse a la fuerza laboral, especialmente a quienes están en los dos extremos de la escala laboral: la gente mayor y la gente joven.
SAN DIEGO – En los últimos años, un millón de jubilados norteamericanos han tomado una raqueta de pickleball. Tendríamos menos inflación si, en cambio, hubieran echado mano a un martillo, una llave inglesa o un lápiz. Hay carteles de “Se necesita ayuda” por todas partes, desde cafeterías hasta plantas farmacéuticas. Las economías avanzadas podrían aliviar una causa importante de inflación si convencieran a más gente de sumarse a la fuerza laboral, especialmente a quienes están en los dos extremos de la escala laboral: la gente mayor y la gente joven.