CIUDAD DEL CABO – Después de una visita, placentera y aleccionadora, a Sudáfrica (la primera que hago a este hermoso país en quince años), me voy llevándome una mezcla de emociones. La marcha del proceso de desarrollo político y económico del país genera en sus habitantes, y en observadores interesados como yo, esperanza y a la vez preocupación por el futuro.
CIUDAD DEL CABO – Después de una visita, placentera y aleccionadora, a Sudáfrica (la primera que hago a este hermoso país en quince años), me voy llevándome una mezcla de emociones. La marcha del proceso de desarrollo político y económico del país genera en sus habitantes, y en observadores interesados como yo, esperanza y a la vez preocupación por el futuro.