JOHANNESBURGO – Con toda la devastación que ha causado, la crisis del COVID-19 tiene un aspecto positivo: ha puesto en evidencia importantes vacíos de políticas, comenzando por la falta de protección social para los cerca de 2 mil millones de trabajadores informales del planeta. Pero para abordar esta carencia se necesitarán más que programas sociales: también los gobiernos tendrán que ir cerrando la brecha digital.
JOHANNESBURGO – Con toda la devastación que ha causado, la crisis del COVID-19 tiene un aspecto positivo: ha puesto en evidencia importantes vacíos de políticas, comenzando por la falta de protección social para los cerca de 2 mil millones de trabajadores informales del planeta. Pero para abordar esta carencia se necesitarán más que programas sociales: también los gobiernos tendrán que ir cerrando la brecha digital.