La sorpresa en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas ha sido la de que no ha habido sorpresa, exceptuado el enorme porcentaje de votantes. Los dos dirigentes de la derecha y de la izquierda, los favoritos en todas las encuestas durante mucho tiempo, han quedado primero y segundo.
La sorpresa en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas ha sido la de que no ha habido sorpresa, exceptuado el enorme porcentaje de votantes. Los dos dirigentes de la derecha y de la izquierda, los favoritos en todas las encuestas durante mucho tiempo, han quedado primero y segundo.