MOSCÚ – Esto no es estrictamente una reseña del reciente libro de Serguéi Radchenko, To Run the World: The Kremlin’s Cold War Bid for Global Power [Gobernar el mundo: la búsqueda de poder global del Kremlin durante la Guerra Fría]. Más bien, es una invitación a hallar en el libro una mirada novedosa respecto de los orígenes de la conducta rusa en política exterior, acorde con la famosa evaluación que hizo en 1947 el diplomático estadounidense George F. Kennan sobre los «orígenes de la conducta soviética». Mediante un análisis centrado en la lógica que guiaba la política exterior de la dirigencia soviética, Radchenko espera dilucidar la (a menudo) sangrienta búsqueda del presidente ruso Vladímir Putin de devolverle a Rusia la condición de gran potencia a la par de Estados Unidos.
MOSCÚ – Esto no es estrictamente una reseña del reciente libro de Serguéi Radchenko, To Run the World: The Kremlin’s Cold War Bid for Global Power [Gobernar el mundo: la búsqueda de poder global del Kremlin durante la Guerra Fría]. Más bien, es una invitación a hallar en el libro una mirada novedosa respecto de los orígenes de la conducta rusa en política exterior, acorde con la famosa evaluación que hizo en 1947 el diplomático estadounidense George F. Kennan sobre los «orígenes de la conducta soviética». Mediante un análisis centrado en la lógica que guiaba la política exterior de la dirigencia soviética, Radchenko espera dilucidar la (a menudo) sangrienta búsqueda del presidente ruso Vladímir Putin de devolverle a Rusia la condición de gran potencia a la par de Estados Unidos.