WASHINGTON DC – Los mercados financieros y las noticias tienen algo en común: suelen oscilar rápidamente entre el éxito y el pesimismo. No existe ejemplo más claro que los análisis sobre las perspectivas de las economías emergentes. En los últimos meses, el entusiasmo por la capacidad de recuperación y el potencial de crecimiento de estos países después de 2008 ha dado paso a pronósticos funestos; hay economistas, como Ricardo Hausmann, que anuncian el final de la «fiesta de los mercados emergentes».
WASHINGTON DC – Los mercados financieros y las noticias tienen algo en común: suelen oscilar rápidamente entre el éxito y el pesimismo. No existe ejemplo más claro que los análisis sobre las perspectivas de las economías emergentes. En los últimos meses, el entusiasmo por la capacidad de recuperación y el potencial de crecimiento de estos países después de 2008 ha dado paso a pronósticos funestos; hay economistas, como Ricardo Hausmann, que anuncian el final de la «fiesta de los mercados emergentes».