NUEVA YORK – Los líderes empresariales y los inversionistas mundiales están en gran medida obsesionados por dos tipos de riesgo: el macroeconómico y el geopolítico. En el corto plazo, esto significa un énfasis en los inminentes aumentos de las tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos y las próximas elecciones en Francia y Alemania. A largo plazo, significa conciencia de los riesgos estructurales como la alta deuda soberana, los cambios demográficos y la escasez de recursos naturales. Pero hay un tercer riesgo, posiblemente más pernicioso, que se esconde bajo el radar de la mayoría de las personas que toman decisiones: las enfermedades infecciosas.
NUEVA YORK – Los líderes empresariales y los inversionistas mundiales están en gran medida obsesionados por dos tipos de riesgo: el macroeconómico y el geopolítico. En el corto plazo, esto significa un énfasis en los inminentes aumentos de las tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos y las próximas elecciones en Francia y Alemania. A largo plazo, significa conciencia de los riesgos estructurales como la alta deuda soberana, los cambios demográficos y la escasez de recursos naturales. Pero hay un tercer riesgo, posiblemente más pernicioso, que se esconde bajo el radar de la mayoría de las personas que toman decisiones: las enfermedades infecciosas.