HONG KONG – Puede ser difícil creerlo, pero hace 25 años el Partido Comunista Chino (PCC) estuvo a punto de ser derrocado por un movimiento nacional a favor de la democracia. Los nervios de acero del desaparecido líder supremo, Deng Xiaoping, y los tanques del Ejército de Liberación Popular –enviados para aplicar la ley marcial y frenar las protestas en la Plaza de Tiananmen en Beijing– permitieron al régimen, a costa de cientos de vidas civiles, evitar la caída.
HONG KONG – Puede ser difícil creerlo, pero hace 25 años el Partido Comunista Chino (PCC) estuvo a punto de ser derrocado por un movimiento nacional a favor de la democracia. Los nervios de acero del desaparecido líder supremo, Deng Xiaoping, y los tanques del Ejército de Liberación Popular –enviados para aplicar la ley marcial y frenar las protestas en la Plaza de Tiananmen en Beijing– permitieron al régimen, a costa de cientos de vidas civiles, evitar la caída.