STANFORD – En 2010, Estados Unidos enfrentó un difícil problema de asignación de recursos. Estaba en aumento la demanda de uno que era esencial para la vida diaria, pero la oferta disponible la ocupaban usuarios establecidos que habían construido una importante industria alrededor. Además, no había posibilidad de hacer una transferencia gradual hacia usos nuevos. ¿Podían nuevas reglas aliviar la creciente escasez y al mismo tiempo respetar los derechos de los usuarios establecidos y permitir una reasignación voluntaria colectiva?
STANFORD – En 2010, Estados Unidos enfrentó un difícil problema de asignación de recursos. Estaba en aumento la demanda de uno que era esencial para la vida diaria, pero la oferta disponible la ocupaban usuarios establecidos que habían construido una importante industria alrededor. Además, no había posibilidad de hacer una transferencia gradual hacia usos nuevos. ¿Podían nuevas reglas aliviar la creciente escasez y al mismo tiempo respetar los derechos de los usuarios establecidos y permitir una reasignación voluntaria colectiva?