Que África participe en el mercado de emisiones de carbono

La cumbre del G8 realizada este año se centró en África y el cambio climático porque los dos problemas están relacionados: África es particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático y, en consecuencia, debe recibir apoyo para adaptarse a ellos.

La adaptación al cambio climático es un tema fundamental en todo el mundo, pero en ningún lugar tanto como en África, donde la exposición a desastres naturales es mayor que en casi todas las demás regiones. Además de la adaptación, África también puede jugar un papel en la mitigación de este fenómeno, mediante la creación de mayores áreas de bosques sustentables y la gestión de las tierras. Las poblaciones rurales africanas tienen la capacidad de competir en el mercado de los créditos de reducción de gases de invernadero (y también de exportarlos), créditos generados por actividades forestales y agrícolas que mejoran su calidad de vida, alivian sus problemas ambientales locales y aumentan la capacidad de las comunidades para enfrentar el cambio climático.

Sin embargo, para hacer realidad esta posibilidad, el mundo industrializado debe dar a África una oportunidad en el emergente mercado internacional de las emisiones de carbono. El mejor enfoque sería que Europa, Japón y Canadá compraran a África certificados de secuestro de carbono como parte de sus iniciativas para cumplir sus obligaciones referentes al Protocolo de Kyoto.

Bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kyoto, los países industrializados (así llamados “países del Anexo I”) tienen el derecho a comprar certificados de secuestro de carbono de proyectos de reforestación que se lleven a cabo en los países en desarrollo y usarlos para compensar hasta un 1% de las emisiones de gases de invernadero producidas por su industria, transporte y vivienda. Aunque esto representa una pequeña fracción del esfuerzo que se necesita por parte de los países industrializados para cumplir los objetivos del Protocolo de Kyoto para el año 2012, ayudaría notablemente a mejorar el uso de las tierras y bosques del continente africano.

En particular, Europa puede demostrar su compromiso con la mitigación del cambio climático y la promoción del desarrollo económico en África, llenando su cuota del 1% con créditos provenientes de proyectos de reforestación. Esto exige modificar algunas de las reglas que rigen su propio sistema de mercado del carbono interno, el Plan de Transacción de Emisiones de la UE (PTE UE).

Bajo las actuales normas del PTE UE, los créditos de carbono generados por proyectos forestales realizados en MDL no tienen ningún valor, a pesar de sus obvios beneficios climáticos, ambientales y sociales. Esto ocurre porque la así llamada “directiva vinculante” –la regulación que autoriza a las empresas de la UE a importar Reducciones de Emisiones Certificadas de los proyectos de MDL- prohíbe los créditos que provengan de proyectos forestales. No debe sorprender entonces que ninguna empresa europea esté interesada hoy en adquirir dichos créditos. Incluso los gobiernos europeos, que no están afectados por la prohibición del PTE UE, compran muy pocos.

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Esta exclusión seguirá vigente al menos hasta el año 2008, y el año próximo se ha programado ver el tema de si este tipo de créditos de emisiones de carbono se ha de incluir después de esa fecha. La Comisión Europea presentará un informe para su consideración por parte del Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros antes del 30 de junio de 2006.

No se justifica continuar con la parcialidad europea contra los créditos de los proyectos forestales, ya que se hará evidente la experiencia positiva surgida de los primeros proyectos de utilización de tierras. En las negociaciones comerciales de Doha, las naciones industrializadas aceptaron la necesidad de liberalizar sus mercados agrícolas mediante la reducción de los subsidios a los productores nacionales y las barreras arancelarias a las importaciones agrícolas. Entonces, ¿por qué no liberalizar también el mercado de las emisiones de carbono, una medida que ayudaría –en lugar de afectar- a los productores nacionales?

También sería de ayuda si todas las partes firmantes del Protocolo de Kyoto modificaran las reglas del MDL aplicables con posterioridad al año 2012. En particular, son necesarios tres cambios: la flexibilización de la regla del 1%, la ampliación de los criterios de elegibilidad para incluir más que sólo la reforestación, y la eliminación de la regla de reemplazo a los 60 años (que estipula el reemplazo de los créditos temporales con créditos permanentes después de 60 años, independientemente del estado de los bosques en los que se basan.)

El primer cambio haría posible que los países del Anexo I satisficieran una mayor proporción de sus crecientes responsabilidades climáticas mediante la utilización de créditos procedentes de proyectos de uso de tierras implementados en países que no forman parte del listado del Anexo I. El segundo cambio permitiría la opción por proyectos forestales y de uso de tierras para emitir créditos de emisiones de carbono, incluyendo actividades como la revegetación, la recuperación de bosques y una mejor gestión agrícola. El tercer cambio eliminaría una regla nociva, por la cual las partes de los contratos de MDL pueden eliminar bosques para comprar créditos de reemplazo.

La responsabilidad de reformar el emergente mercado de las emisiones de carbono no depende sólo del Norte. Todos los participantes del Protocolo de Kyoto, incluidas las naciones africanas, tienen una oportunidad única de ejercer su influencia en el debate posterior al año 2012 y defender la inclusión de proyectos de uso de tierras en este creciente mercado.

https://prosyn.org/wx0ixwdes