El régimen teocrático de Irán parece más seguro que nunca. El impasse con Occidente por su programa nuclear, aunado a sus vínculos con Siria y su influencia creciente en Líbano e Iraq, indican el surgimiento de una potencia regional fuerte. Pero, mientras que los analistas occidentales y los vecinos de Irán se alarman, de hecho la autoridad del régimen está construida sobre cimientos no muy sólidos.
El régimen teocrático de Irán parece más seguro que nunca. El impasse con Occidente por su programa nuclear, aunado a sus vínculos con Siria y su influencia creciente en Líbano e Iraq, indican el surgimiento de una potencia regional fuerte. Pero, mientras que los analistas occidentales y los vecinos de Irán se alarman, de hecho la autoridad del régimen está construida sobre cimientos no muy sólidos.