PALO ALTO – La elección presidencial iraní del 18 de junio fue la más ridícula en la historia del régimen islámico, peor aún que la de 2009, a menudo considerada un «golpe electoral». Se trató menos de una elección que de la crónica de una muerte anunciada: la de los pocos principios republicanos constitucionales que seguían en pie. Pero, además de la más ridícula, tal vez resulte la más trascendental para la República Islámica.
PALO ALTO – La elección presidencial iraní del 18 de junio fue la más ridícula en la historia del régimen islámico, peor aún que la de 2009, a menudo considerada un «golpe electoral». Se trató menos de una elección que de la crónica de una muerte anunciada: la de los pocos principios republicanos constitucionales que seguían en pie. Pero, además de la más ridícula, tal vez resulte la más trascendental para la República Islámica.