MUMBAI – Es probable que pronto la economía de la India esté andando otra vez. El nuevo gobierno decidió restablecer la disciplina fiscal y vigorizar la burocracia, lo que alienta esperanzas de que mejore la confianza empresarial y se reactive la inversión, particularmente en infraestructuras. Pero entre las posibilidades de crecimiento económico se oculta un mosaico de oportunidades económicas poco conocidas, repartidas por distintos estados, distritos, ciudades e incluso pueblos, que las empresas sólo podrán descubrir investigando a fondo.
Los datos económicos de la India son prometedores. De aquí a 2025, se prevé un crecimiento anual promedio del PIB de entre 6,4% y 7,7%. Esto es una mejora respecto del 4,7% del año pasado, y está cerca del 7,7% promedio de los diez años anteriores a 2012. Además, se destaca en comparación con el estancamiento secular previsto en los países desarrollados. Esta aceleración colocaría a la India entre las grandes economías de más rápido crecimiento y aumentaría la cantidad de consumidores indios con capacidad para la compra discrecional, de veintisiete millones en 2012 a ochenta y nueve millones en 2025.
Pero el potencial es muy desparejo. Un informe reciente indica que de aquí a 2025 más de la mitad del crecimiento del PIB del país saldrá de ocho estados (Gujarat, Haryana, Himachal Pradesh, Kerala, Maharashtra, Tamil Nadu, Andhra Pradesh y Uttarakhand), donde vive apenas el 31% de la población. Estos estados y cuatro dinámicas ciudades-Estado (Nueva Delhi, Goa, Chandigarh y Pondicherry) albergarán a cincuenta millones de consumidores (el 57% de las familias de clase media del país).
De hecho, el PIB per cápita de las regiones más pujantes de la India puede llegar a ser el doble del nivel nacional, por motivos como la veloz urbanización, la inversión sostenida en capacitación e infraestructuras, y el paso de la agricultura a las industrias de producción de piezas para automóviles, petroquímica, farmacéutica, financiera y de servicios basados en la informática.
En 2025 las economías de estas regiones se parecerán a las de los países de ingresos medios. Los ciento veintiocho millones de consumidores de Maharashtra dispondrán de un poder adquisitivo similar al que ahora vemos en Brasil. Los veintidós millones de habitantes de Nueva Delhi gozarán de niveles de vida similares a los de la Rusia actual.
Otras tendencias no tan espectaculares pero igualmente significativas permiten prever que el PIB per cápita de Chhattisgarh, Odisha, Bengala occidental, Rajastán y Madhya Pradesh alcanzará un valor entre 0,7 y 1,2 veces el promedio nacional de aquí a 2025, con lo que la cantidad de consumidores de clase media se cuadruplicará hasta los dieciséis millones. En cambio, los estados rezagados, como Bihar, Uttar Pradesh y Jharkhand, con un PIB per cápita inferior a 0,7 veces el promedio, se enfrentarán a bajos niveles de ingreso y altos niveles de crecimiento poblacional, a menos que mejoren significativamente la gobernanza y las inversiones.
At a time when democracy is under threat, there is an urgent need for incisive, informed analysis of the issues and questions driving the news – just what PS has always provided. Subscribe now and save $50 on a new subscription.
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Pero los inversores que quieran encontrar las mejores oportunidades deben buscar fuera de los estados conocidos y estudiar más a fondo los distritos indios, especialmente las concentraciones urbanas y las áreas internas menos desarrolladas. Hemos identificado en todo el país cuarenta y nueve zonas de alto crecimiento en ciento ochenta y tres distritos. En 2012, estas áreas tenían la mitad de la población india, el 70% de su PIB y el 71% de los consumidores. También incluyen 250 de las 450 ciudades indias cuya población supera los cien mil habitantes.
Cabe señalar que de estas áreas, una de cada tres se encuentra en estados de desempeño económico bajo o medio, o cerca de ciudades más pequeñas y menos conocidas en estados de mejor desempeño. Por ejemplo, la zona de Nellore, en Andhra Pradesh, produce arroz, tabaco, maní, mango y caña de azúcar. La zona de Bikaner en Rajastán es rica en semillas oleaginosas y tiene la extracción y producción de piedra caliza y mármol de Makarana. La zona de Aurangabad en Maharashtra tiene más variedad y cuenta con algunas de las empresas semilleras más grandes de la India, una pujante industria automotriz, farmacéutica y azucarera, y atracciones turísticas como las cuevas de Ajanta y Ellora.
La ubicación de estas zonas menos conocidas muestra que los inversores en busca de inmuebles baratos y mano de obra capacitada deberían analizar con más cuidado la geografía económica de la India al momento de decidir dónde radicar sus actividades. Estos lugares pueden convertirse en centros de servicios o industrias basadas en el conocimiento similares a los de ciudades indias de mayor tamaño como Bangalore, Hyderabad, y Pune, sólo que menos costosos.
El desarrollo de estos dinámicos centros económicos de la India los obligará a invertir en sistemas hídricos y sanitarios modernos, educación y salud, aeropuertos, ferrocarriles y carreteras. Esto ofrece a los inversores oportunidades en muchos sectores, por ejemplo bienes de consumo, servicios financieros, vivienda e infraestructura.
Estas áreas ya tienen ventajas estructurales (en algunos casos, la proximidad a grandes centros urbanos) que prometen niveles de rentabilidad de entre los mejores de la India. Las empresas que quieran aprovechar la próxima ola de crecimiento de la India deberían tener en cuenta lugares que casi nunca se publicitan como destinos de inversión pero pueden resultar más valiosos.
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Many Americans voted for Donald Trump last month in the hopes that the dealmaker-president would usher in a period of economic renewal that would lift businesses and workers alike. But the merits of Trump’s likely policies remain hotly debated, and his capriciousness only adds to the uncertainty. With his inauguration approaching fast, we asked PS commentators what they are watching for.
The modern Chinese political system emphasizes stability and control, qualities that enabled the country to become the world’s “ultimate producer.” But these qualities imply tight control over social norms and individual behavior, and they are far less applicable to official efforts to boost household consumption.
wonders whether the country’s political system is at odds with the values underpinning affluent societies.
MUMBAI – Es probable que pronto la economía de la India esté andando otra vez. El nuevo gobierno decidió restablecer la disciplina fiscal y vigorizar la burocracia, lo que alienta esperanzas de que mejore la confianza empresarial y se reactive la inversión, particularmente en infraestructuras. Pero entre las posibilidades de crecimiento económico se oculta un mosaico de oportunidades económicas poco conocidas, repartidas por distintos estados, distritos, ciudades e incluso pueblos, que las empresas sólo podrán descubrir investigando a fondo.
Los datos económicos de la India son prometedores. De aquí a 2025, se prevé un crecimiento anual promedio del PIB de entre 6,4% y 7,7%. Esto es una mejora respecto del 4,7% del año pasado, y está cerca del 7,7% promedio de los diez años anteriores a 2012. Además, se destaca en comparación con el estancamiento secular previsto en los países desarrollados. Esta aceleración colocaría a la India entre las grandes economías de más rápido crecimiento y aumentaría la cantidad de consumidores indios con capacidad para la compra discrecional, de veintisiete millones en 2012 a ochenta y nueve millones en 2025.
Pero el potencial es muy desparejo. Un informe reciente indica que de aquí a 2025 más de la mitad del crecimiento del PIB del país saldrá de ocho estados (Gujarat, Haryana, Himachal Pradesh, Kerala, Maharashtra, Tamil Nadu, Andhra Pradesh y Uttarakhand), donde vive apenas el 31% de la población. Estos estados y cuatro dinámicas ciudades-Estado (Nueva Delhi, Goa, Chandigarh y Pondicherry) albergarán a cincuenta millones de consumidores (el 57% de las familias de clase media del país).
De hecho, el PIB per cápita de las regiones más pujantes de la India puede llegar a ser el doble del nivel nacional, por motivos como la veloz urbanización, la inversión sostenida en capacitación e infraestructuras, y el paso de la agricultura a las industrias de producción de piezas para automóviles, petroquímica, farmacéutica, financiera y de servicios basados en la informática.
En 2025 las economías de estas regiones se parecerán a las de los países de ingresos medios. Los ciento veintiocho millones de consumidores de Maharashtra dispondrán de un poder adquisitivo similar al que ahora vemos en Brasil. Los veintidós millones de habitantes de Nueva Delhi gozarán de niveles de vida similares a los de la Rusia actual.
Otras tendencias no tan espectaculares pero igualmente significativas permiten prever que el PIB per cápita de Chhattisgarh, Odisha, Bengala occidental, Rajastán y Madhya Pradesh alcanzará un valor entre 0,7 y 1,2 veces el promedio nacional de aquí a 2025, con lo que la cantidad de consumidores de clase media se cuadruplicará hasta los dieciséis millones. En cambio, los estados rezagados, como Bihar, Uttar Pradesh y Jharkhand, con un PIB per cápita inferior a 0,7 veces el promedio, se enfrentarán a bajos niveles de ingreso y altos niveles de crecimiento poblacional, a menos que mejoren significativamente la gobernanza y las inversiones.
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Cabe señalar que de estas áreas, una de cada tres se encuentra en estados de desempeño económico bajo o medio, o cerca de ciudades más pequeñas y menos conocidas en estados de mejor desempeño. Por ejemplo, la zona de Nellore, en Andhra Pradesh, produce arroz, tabaco, maní, mango y caña de azúcar. La zona de Bikaner en Rajastán es rica en semillas oleaginosas y tiene la extracción y producción de piedra caliza y mármol de Makarana. La zona de Aurangabad en Maharashtra tiene más variedad y cuenta con algunas de las empresas semilleras más grandes de la India, una pujante industria automotriz, farmacéutica y azucarera, y atracciones turísticas como las cuevas de Ajanta y Ellora.
La ubicación de estas zonas menos conocidas muestra que los inversores en busca de inmuebles baratos y mano de obra capacitada deberían analizar con más cuidado la geografía económica de la India al momento de decidir dónde radicar sus actividades. Estos lugares pueden convertirse en centros de servicios o industrias basadas en el conocimiento similares a los de ciudades indias de mayor tamaño como Bangalore, Hyderabad, y Pune, sólo que menos costosos.
El desarrollo de estos dinámicos centros económicos de la India los obligará a invertir en sistemas hídricos y sanitarios modernos, educación y salud, aeropuertos, ferrocarriles y carreteras. Esto ofrece a los inversores oportunidades en muchos sectores, por ejemplo bienes de consumo, servicios financieros, vivienda e infraestructura.
Estas áreas ya tienen ventajas estructurales (en algunos casos, la proximidad a grandes centros urbanos) que prometen niveles de rentabilidad de entre los mejores de la India. Las empresas que quieran aprovechar la próxima ola de crecimiento de la India deberían tener en cuenta lugares que casi nunca se publicitan como destinos de inversión pero pueden resultar más valiosos.
Traducción: Esteban Flamini