NUEVA YORK – Este mes se cumplen cincuenta años del asesinato del presidente John F. Kennedy en Dallas, Texas. Para muchos estadounidenses, esta tragedia señala el momento de la pérdida de la inocencia nacional. Pero esta creencia, claro está, es absurda: la historia de Estados Unidos, como la de todos los países, está teñida en sangre.
NUEVA YORK – Este mes se cumplen cincuenta años del asesinato del presidente John F. Kennedy en Dallas, Texas. Para muchos estadounidenses, esta tragedia señala el momento de la pérdida de la inocencia nacional. Pero esta creencia, claro está, es absurda: la historia de Estados Unidos, como la de todos los países, está teñida en sangre.