NUEVA YORK – Una forma de considerar las tensiones militares en aumento sobre unas pocas islas diminutas del mar de la China oriental es la de ver en los acontecimientos recientes un caso claro de política de poder. China va en ascenso, el Japón está económicamente estancado y la península de Corea sigue dividida. Es natural que China intente reafirmar su dominio histórico sobre esa región y también lo es que el Japón sienta nerviosismo ante la perspectiva de llegar a ser como un Estado vasallo (los coreanos están más acostumbrados a ese papel respecto de China).
NUEVA YORK – Una forma de considerar las tensiones militares en aumento sobre unas pocas islas diminutas del mar de la China oriental es la de ver en los acontecimientos recientes un caso claro de política de poder. China va en ascenso, el Japón está económicamente estancado y la península de Corea sigue dividida. Es natural que China intente reafirmar su dominio histórico sobre esa región y también lo es que el Japón sienta nerviosismo ante la perspectiva de llegar a ser como un Estado vasallo (los coreanos están más acostumbrados a ese papel respecto de China).