BUDAPEST – La «ley habilitante» —como justificadamente la llaman los críticos— que aprobó el parlamento húngaro el 30 de marzo, permite al primer ministro Viktor Orbán gobernar por decreto por tiempo indeterminado, supuestamente para que el gobierno pueda combatir mejor la pandemia de COVID-19. De hecho, la nueva ley pone en peligro las vidas de muchos húngaros porque permite al gobierno limitar drásticamente la información relacionada con el manejo del virus. Las mortales consecuencias de ese tipo de enfoque son bien conocidas por lo que ocurrió en Wuhan, China, donde las autoridades inicialmente eliminaron información sobre el brote del nuevo coronavirus.
BUDAPEST – La «ley habilitante» —como justificadamente la llaman los críticos— que aprobó el parlamento húngaro el 30 de marzo, permite al primer ministro Viktor Orbán gobernar por decreto por tiempo indeterminado, supuestamente para que el gobierno pueda combatir mejor la pandemia de COVID-19. De hecho, la nueva ley pone en peligro las vidas de muchos húngaros porque permite al gobierno limitar drásticamente la información relacionada con el manejo del virus. Las mortales consecuencias de ese tipo de enfoque son bien conocidas por lo que ocurrió en Wuhan, China, donde las autoridades inicialmente eliminaron información sobre el brote del nuevo coronavirus.