PARÍS – A pesar de lo que muchos andan diciendo (especialmente quienes no tienen que cargar con las consecuencias de sus palabras), el rechazo de los votantes griegos el domingo a la última oferta de rescate de sus acreedores no fue una “victoria de la democracia”. Como los griegos saben mejor que nadie, la democracia implica mediación, representación y delegación ordenada del poder. No suele ser un asunto de referendos.
PARÍS – A pesar de lo que muchos andan diciendo (especialmente quienes no tienen que cargar con las consecuencias de sus palabras), el rechazo de los votantes griegos el domingo a la última oferta de rescate de sus acreedores no fue una “victoria de la democracia”. Como los griegos saben mejor que nadie, la democracia implica mediación, representación y delegación ordenada del poder. No suele ser un asunto de referendos.