LONDRES – El futuro de Europa depende ahora de algo aparentemente imposible: Grecia y Alemania deben lograr un acuerdo. Lo que hace parecer imposible semejante acuerdo no es la oposición por principio de los dos –Grecia ha pedido una reducción de la deuda, mientras que Alemania ha insistido en que no se puede condonar ni un euro de la deuda–, sino algo más esencial: aunque Grecia es, evidentemente, la parte más débil en este conflicto, tiene mucho más que perder.
LONDRES – El futuro de Europa depende ahora de algo aparentemente imposible: Grecia y Alemania deben lograr un acuerdo. Lo que hace parecer imposible semejante acuerdo no es la oposición por principio de los dos –Grecia ha pedido una reducción de la deuda, mientras que Alemania ha insistido en que no se puede condonar ni un euro de la deuda–, sino algo más esencial: aunque Grecia es, evidentemente, la parte más débil en este conflicto, tiene mucho más que perder.