Carlos Ghosn Christophe Morin/IP3/Getty Images

Cuando los líderes no se van

DUBLÍN – El espectacular ascenso y posterior caída de Carlos Ghosn, el “matador de costos”, que salvó a Nissan después de 1999 y creó una poderosa alianza entre la automotriz japonesa, su accionista francesa Renault y la japonesa Mitsubishi Motors, recuerda al teatro kabuki, con la reafirmación de los poderes establecidos al final. Pero a lo que más se parece la caída de Ghosn es a una tragedia griega clásica, con elementos alemanes modernos. Es una historia de encuentro entre Hybris y Némesis. Y el mejor paralelo para Ghosn es la canciller alemana Angela Merkel.

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