FRANKFURT – En mi reciente viaje a Alemania me llamó la atención que hay dos narrativas distintas. En una se presenta una economía alemana sólida con un bajo nivel de desempleo, finanzas fuertes y una buena ubicación competitiva para explotar los segmentos más dinámicos de la demanda global. En la otra, se describe una economía colmada de interminables crisis de deuda europea cuyos autores tratan de desviar la responsabilidad, así como sus necesidades financieras, hacia las inmaculadas hojas de balance alemanas.
FRANKFURT – En mi reciente viaje a Alemania me llamó la atención que hay dos narrativas distintas. En una se presenta una economía alemana sólida con un bajo nivel de desempleo, finanzas fuertes y una buena ubicación competitiva para explotar los segmentos más dinámicos de la demanda global. En la otra, se describe una economía colmada de interminables crisis de deuda europea cuyos autores tratan de desviar la responsabilidad, así como sus necesidades financieras, hacia las inmaculadas hojas de balance alemanas.