El nuevo presidente de Francia, sea éste Nicolás Sarkozy o Ségolène Royal, enfrentará un duro desafío a la hora de volver a poner a la economía francesa de pie. Mientras que la economía mundial está floreciendo por cuarto año consecutivo, con una tasa de crecimiento históricamente sin precedentes de alrededor del 5%, la economía francesa está rengueando. En 2006, creció apenas el 2,2%, mientras que para 2007 y 2008 se esperan tasas de crecimiento de sólo el 2,1% y el 1,9% respectivamente, según un pronóstico reciente de los Institutos Alemanes de Investigación Económica. Esto se ubica muy por debajo del promedio de los países de la vieja UE para estos tres años -2,7%, 2.6% y 2,4% respectivamente.
El nuevo presidente de Francia, sea éste Nicolás Sarkozy o Ségolène Royal, enfrentará un duro desafío a la hora de volver a poner a la economía francesa de pie. Mientras que la economía mundial está floreciendo por cuarto año consecutivo, con una tasa de crecimiento históricamente sin precedentes de alrededor del 5%, la economía francesa está rengueando. En 2006, creció apenas el 2,2%, mientras que para 2007 y 2008 se esperan tasas de crecimiento de sólo el 2,1% y el 1,9% respectivamente, según un pronóstico reciente de los Institutos Alemanes de Investigación Económica. Esto se ubica muy por debajo del promedio de los países de la vieja UE para estos tres años -2,7%, 2.6% y 2,4% respectivamente.