MADRID – Emigró de Argelia buscando una vida mejor. Llegó a París para escapar de la pobreza, de la marginación y la falta de futuro. Logró un trabajo de baja cualificación, tuvo hijos y también nietos. Ellos ya eran franceses, tuvieron derecho a la educación y a la sanidad, pero para ellos ya no era suficiente tener un techo digno y agua caliente en casa. Vivían en un país en el que no lograron integrarse, en barriadas con muchas familias como la suya, sin un ascensor social que les asegurara el futuro. Su paraíso estaba roto. Buscaron una utopía y fue la peor de las posibles.
MADRID – Emigró de Argelia buscando una vida mejor. Llegó a París para escapar de la pobreza, de la marginación y la falta de futuro. Logró un trabajo de baja cualificación, tuvo hijos y también nietos. Ellos ya eran franceses, tuvieron derecho a la educación y a la sanidad, pero para ellos ya no era suficiente tener un techo digno y agua caliente en casa. Vivían en un país en el que no lograron integrarse, en barriadas con muchas familias como la suya, sin un ascensor social que les asegurara el futuro. Su paraíso estaba roto. Buscaron una utopía y fue la peor de las posibles.