Europa significa juego limpio

Mientras continúa la angustiosa lucha de Ucrania por la democracia, los europeos se preguntan si alguna vez la política de los principios podrá eclipsar la política del poder. ¿Es ingenuo creer que el mundo representa algo más que un pensamiento de suma cero? ¿Puede Europa fomentar el juego limpio en los asuntos internacionales o debe aceptar como inevitable un nuevo juego de rivalidad entre grandes potencias y entrar en la refriega?

Muchos europeos se ven a sí mismos como adalides del juego limpio mundial, pero la opinión de Europa sobre su integridad no siempre es compartida.

Un ejemplo es Rusia, que se siente escéptica sobre las intenciones de la UE, como lo ha demostrado recientemente en relación con Ucrania. No debe extrañarnos. La UE se ha ampliado desde seis miembros hasta 25 y Bulgaria, Rumania, Croacia y Turquía esperan entre bastidores. Rusia quiere saber dónde se detendrá la Unión. ¿Se propone engullir a Ucrania, Belarús y el Cáucaso? La mayoría de los miembros de la UE consideran que se trata de cuestiones pendientes y no es probable que se resuelvan pronto. Sin embargo, el Kremlin parece ver en esa vaguedad una cortina de humo que oculta las verdaderas intenciones de la Unión, aunque la reciente cumbre UE-Rusia brindó una oportunidad para aclarar la atmósfera.

En cierto sentido, los críticos de la UE tienen razón: la Unión puede ir en pos de una remodelación del mundo a su imagen. En la actualidad, cuando la UE concierta acuerdos con países que no son miembros de ella, incluye toda clase de requisitos severos en sectores como los de derechos humanos, no proliferación, readmisión de migrantes y terrorismo. Para los países interlocutores, esas condiciones pueden parecer una forma sutil de política de poder, con la que Europa intente imponer sus valores al mundo.

En realidad, para la UE ciertas cuestiones son innegociables, porque son pilares del modelo europeo que intentamos compartir con el mundo. Entre dichas cuestiones figuran la democracia y el Estado de derecho, el respeto de los derechos humanos y el medio ambiente, la no proliferación de armas de destrucción en gran escala y la campaña contra el terrorismo. Si los países no cumplen esos criterios políticos, no pueden esperar beneficios económicos y de otra índole de la Unión.

Pero, ¿de verdad son esos criterios una imposición? Parece que los principios de juego limpio cada vez cuentan con más partidarios fuera de Europa. Piénsese en África, donde la Unión Africana está desempeñando un papel rector para la resolución de los conflictos en el continente y está cada vez más decidida a intervenir para atajar las agresiones y garantizar el juego limpio para las minorías africanas.

PS_Sales_BacktoSchool_1333x1000_Promo

Don’t go back to school without Project Syndicate! For a limited time, we’re offering PS Digital subscriptions for just $50.

Access every new PS commentary, our suite of subscriber-exclusive content, and the full PS archive.

Subscribe Now

Aunque los resultados en el terreno en África no parecen aún espectaculares a observadores exteriores, el cambio de actitud es real. En lugar de jugar el “juego de grandes potencias” en África, la UE puede apoyar las medidas de los africanos y permitirles beneficiarse de la experiencia de la Unión.

La fe de Europa en el juego limpio para todos refleja su propio interés, al menos en algunas sentidos, porque el equilibrio del poder en el mundo está cambiando. Piénsese en el ascenso de China y la India. El banco de inversiones Goldman Sachs predice que las dimensiones en dólares de la economía china superarán las de Gran Bretaña y Alemania en 2007. La India superará a Francia en 2020 y a Alemania en 2023.

A medida que las economías de Asia avanzan veloces, también lo hacen sus ambiciones políticas. Los asiáticos quieren asumir una mayor responsabilidad en el mundo, cosa que redundará en provecho de Europa, siempre y cuando ellos respeten también las reglas del juego limpio.

La sensación de juego limpio también importa dentro de la Unión. Cuanto mayor se hace la UE, mayor es la necesidad de políticas coherentes y coordinadas y más difícil resulta unir a todos los miembros en torno a una posición común. Podemos llamarlo la “paradoja de la ampliación”.

Los tres Estados miembros mayores –Gran Bretaña, Francia y Alemania- han solido reaccionar ante esa paradoja persiguiendo una cooperación trilateral más estrecha. Desde luego, nada tiene de malo que grupos de miembros de vanguardia sigan adelante: un ejemplo oportuno es el de la reciente iniciativa diplomática respecto del programa nuclear del Irán. De hecho, se puede esperar que cada uno de los Estados miembros se aferre a su derecho a aplicar una política exterior independiente en el futuro previsible.

Sin embargo, para velar por que el todo europeo sea mayor que las partes y garantizar la equidad a todos los miembros de la Unión, todos sus Estados deben atenerse a los criterios de la política de la UE, como lo han hecho en el caso de Ucrania. Cuando lo hacen, sus gestiones fortalecen la legitimidad tanto de la autoridad de los Estados miembros como de la Unión.

En un mundo de juego limpio, la otra cara de la moneda en materia de formulación de normas es su observancia y para ello puede hacer falta su imposición, mediante sanciones económicas y otras medidas no militares. En última instancia, la UE debe estar preparada incluso para recurrir a la defensa militar de los valores y principios que considera dignos de protección. Si Europa no está dispuesta a tomar las armas, cuando sea necesario, sus llamamientos en pro del juego limpio parecerán al resto del mundo una simple pose.

Pero, para que el juego limpio llegue a ser mundial, las iniciativas europeas deben formar parte de medidas internacionales más amplias, con la participación de socios con la misma mentalidad, como, por ejemplo, los Estados Unidos y las instituciones multilaterales. Una rivalidad divisoria trasatlántica no ofrece una base política ni ética para un planteamiento europeo ilustrado. Al contrario, el juego limpio requiere el poder americano para respaldarlo.

https://prosyn.org/n6omtZHes