NEW HAVEN – Las desaceleraciones económicas a menudo pueden ser caracterizadas como períodos de vacilación. Los consumidores vacilan sobre la compra de una casa nueva o un automóvil nuevo, pensando que ya sea su casa o su automóvil antiguos durarán en buenas condiciones por un tiempo más. Los gerentes vacilan en cuanto a expandir su fuerza de trabajo, sobre si deben comprar un nuevo edificio de oficinas o comprar una nueva fábrica, todos ellos se quedan a la espera de noticias que les permita dejar de lado sus preocupaciones sobre comprometerse con nuevas ideas. Visto desde esta perspectiva, hoy en día ¿cuán preocupados deberíamos estar sobre los efectos de las vacilaciones?
NEW HAVEN – Las desaceleraciones económicas a menudo pueden ser caracterizadas como períodos de vacilación. Los consumidores vacilan sobre la compra de una casa nueva o un automóvil nuevo, pensando que ya sea su casa o su automóvil antiguos durarán en buenas condiciones por un tiempo más. Los gerentes vacilan en cuanto a expandir su fuerza de trabajo, sobre si deben comprar un nuevo edificio de oficinas o comprar una nueva fábrica, todos ellos se quedan a la espera de noticias que les permita dejar de lado sus preocupaciones sobre comprometerse con nuevas ideas. Visto desde esta perspectiva, hoy en día ¿cuán preocupados deberíamos estar sobre los efectos de las vacilaciones?