MOSCÚ – En 2006, cuando el gobierno de Rusia fue anfitrión de una reunión del G-8 en colaboración con nuevos donantes para el desarrollo, plantó una semilla con potencial de crecimiento. Hoy los nuevos donantes tienen una creciente prominencia en la arquitectura global, ya que aportan una ayuda cada vez mayor en diferentes áreas.
MOSCÚ – En 2006, cuando el gobierno de Rusia fue anfitrión de una reunión del G-8 en colaboración con nuevos donantes para el desarrollo, plantó una semilla con potencial de crecimiento. Hoy los nuevos donantes tienen una creciente prominencia en la arquitectura global, ya que aportan una ayuda cada vez mayor en diferentes áreas.