ABIDJAN/PARÍS – En tanto la economía global comienza a surgir de la crisis del COVID-19, manejar los riesgos de inflación será un reto mucho mayor en los países en desarrollo que en las economías avanzadas. Eso refleja la naturaleza de los shocks que impulsan la inflación y el hecho de que los países de más bajos ingresos no están bien equipados para responder a ellos de manera decisiva. Una combinación de shocks y vulnerabilidades específicas podría así amenazar seriamente la estabilidad y prosperidad económica de estos países.
ABIDJAN/PARÍS – En tanto la economía global comienza a surgir de la crisis del COVID-19, manejar los riesgos de inflación será un reto mucho mayor en los países en desarrollo que en las economías avanzadas. Eso refleja la naturaleza de los shocks que impulsan la inflación y el hecho de que los países de más bajos ingresos no están bien equipados para responder a ellos de manera decisiva. Una combinación de shocks y vulnerabilidades específicas podría así amenazar seriamente la estabilidad y prosperidad económica de estos países.