MADRID - La pasada Cumbre de la OTAN en Madrid fue un éxito rotundo. Por otra parte, el valor de la unidad occidental frente a Putin será relativo para la mayor parte de la población mundial en un contexto de retroceso de las instituciones globales. La reciente reunión de ministros de asuntos exteriores y de finanzas del G-20 en Indonesia fue la enésima prueba de que el mundo se está polarizando. Las implicaciones históricas son incalculables. Un mundo polarizado es incompatible con la posibilidad de llevar a cabo la tarea más importante de nuestro siglo: defender los bienes públicos globales.
MADRID - La pasada Cumbre de la OTAN en Madrid fue un éxito rotundo. Por otra parte, el valor de la unidad occidental frente a Putin será relativo para la mayor parte de la población mundial en un contexto de retroceso de las instituciones globales. La reciente reunión de ministros de asuntos exteriores y de finanzas del G-20 en Indonesia fue la enésima prueba de que el mundo se está polarizando. Las implicaciones históricas son incalculables. Un mundo polarizado es incompatible con la posibilidad de llevar a cabo la tarea más importante de nuestro siglo: defender los bienes públicos globales.