MÚNICH – La lucha contra el COVID-19 es una guerra declarada. China parece haber ganado la primera batalla. Hong Kong, Taiwán, Singapur y Japón también se han apuntado triunfos visibles a la hora de mitigar el brote, sin duda debido a sus experiencias con la epidemia del SARS de 2003. Europa y Estados Unidos, en cambio, recién están despertando de sus ilusiones de invulnerabilidad. Como resultado de ello, la epidemia hoy está haciendo estragos en todo Occidente.
MÚNICH – La lucha contra el COVID-19 es una guerra declarada. China parece haber ganado la primera batalla. Hong Kong, Taiwán, Singapur y Japón también se han apuntado triunfos visibles a la hora de mitigar el brote, sin duda debido a sus experiencias con la epidemia del SARS de 2003. Europa y Estados Unidos, en cambio, recién están despertando de sus ilusiones de invulnerabilidad. Como resultado de ello, la epidemia hoy está haciendo estragos en todo Occidente.