LONDRES – La asombrosa victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha sacudido al mundo. Si se considera desde el notable silencio del presidente mexicano Enrique Peña Nieto hasta la declaración del presidente francés Francois Hollande sobre que se abre un “período de incertidumbre”, y el embelesamiento apenas disimulado del Kremlin, se puede afirmar que Trump no ha sido recibido internacionalmente de la misma forma en la que se recibieron a otros presidentes estadounidenses. Sin embargo, un país se ha mantenido, en gran medida, impasible: China.
LONDRES – La asombrosa victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha sacudido al mundo. Si se considera desde el notable silencio del presidente mexicano Enrique Peña Nieto hasta la declaración del presidente francés Francois Hollande sobre que se abre un “período de incertidumbre”, y el embelesamiento apenas disimulado del Kremlin, se puede afirmar que Trump no ha sido recibido internacionalmente de la misma forma en la que se recibieron a otros presidentes estadounidenses. Sin embargo, un país se ha mantenido, en gran medida, impasible: China.