ZÚRICH – Los últimos años, los bancos centrales hicieron una gran apuesta con sus políticas. Apostaron a que el uso prolongado de medidas heterodoxas y experimentales fuera un puente eficaz en la transición a otras medidas más integrales capaces de generar un alto crecimiento inclusivo y minimizar el riesgo de inestabilidad financiera. Pero luego tuvieron que redoblar la apuesta una y otra vez, y en el proceso se dieron cuenta de que su credibilidad, eficacia y autonomía política estaban cada vez más en riesgo. Irónicamente, puede que ahora obtengan una respuesta de otras entidades de formulación de políticas, que en vez de ayudarlos a normalizar sus operaciones, les dificulte en gran medida el cumplimiento de su tarea.
ZÚRICH – Los últimos años, los bancos centrales hicieron una gran apuesta con sus políticas. Apostaron a que el uso prolongado de medidas heterodoxas y experimentales fuera un puente eficaz en la transición a otras medidas más integrales capaces de generar un alto crecimiento inclusivo y minimizar el riesgo de inestabilidad financiera. Pero luego tuvieron que redoblar la apuesta una y otra vez, y en el proceso se dieron cuenta de que su credibilidad, eficacia y autonomía política estaban cada vez más en riesgo. Irónicamente, puede que ahora obtengan una respuesta de otras entidades de formulación de políticas, que en vez de ayudarlos a normalizar sus operaciones, les dificulte en gran medida el cumplimiento de su tarea.