CAMBRIDGE – Si uno escucha a los banqueros centrales, podría pensar que el brote reciente de inflación elevada fue simplemente un error de pronóstico post pandemia excusable cometido en condiciones de incertidumbre extrema. Pero si bien este discurso hoy prevalece en los mercados y en la prensa financiera, supone un nivel de independencia del banco central que resulta poco realista en el contexto económico y político volátil de hoy. Y aun si los bancos centrales logran que la inflación vuelva a bajar al 2% en un futuro previsible, la posibilidad de otra alza inflacionaria dentro de los próximos 5-7 años ha aumentado significativamente.
CAMBRIDGE – Si uno escucha a los banqueros centrales, podría pensar que el brote reciente de inflación elevada fue simplemente un error de pronóstico post pandemia excusable cometido en condiciones de incertidumbre extrema. Pero si bien este discurso hoy prevalece en los mercados y en la prensa financiera, supone un nivel de independencia del banco central que resulta poco realista en el contexto económico y político volátil de hoy. Y aun si los bancos centrales logran que la inflación vuelva a bajar al 2% en un futuro previsible, la posibilidad de otra alza inflacionaria dentro de los próximos 5-7 años ha aumentado significativamente.