WASHINGTON, DC – Tras meses de restarle gravedad a la COVID‑19, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se la contagió. La levedad de los síntomas hasta ahora le ha permitido continuar con las entrevistas y apariciones en público, sobre todo para proyectar imagen de fortaleza. Pero el avance descontrolado de la epidemia y el derrumbe de la economía están provocando un veloz deterioro de esa imagen, y los pedidos de juicio político son cada vez más fuertes. Lo que está en juego no es solamente la presidencia de Bolsonaro, sino también las vidas y oportunidades económicas de millones de brasileños, ahora y en el futuro.
WASHINGTON, DC – Tras meses de restarle gravedad a la COVID‑19, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se la contagió. La levedad de los síntomas hasta ahora le ha permitido continuar con las entrevistas y apariciones en público, sobre todo para proyectar imagen de fortaleza. Pero el avance descontrolado de la epidemia y el derrumbe de la economía están provocando un veloz deterioro de esa imagen, y los pedidos de juicio político son cada vez más fuertes. Lo que está en juego no es solamente la presidencia de Bolsonaro, sino también las vidas y oportunidades económicas de millones de brasileños, ahora y en el futuro.