BRUSELAS– Durante años ha sido claro que Europa necesita de un sistema de energía que reduzca la dependencia de los combustibles fósiles, disminuya los costos futuros de la energía y combata el cambio climático. Sin embargo, el accidente de hace un año en Fukushima subrayó el hecho de que se requiere una fuente energética que llene el vacío que dejó la decadente energía nuclear. Muchos se preguntan: ¿la energía renovable tiene los atributos necesarios?
Después del derretimiento de reactores en Fukushima, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, señaló que es el momento de que el sector de las energías renovables muestre “que puede ser una fuente de energía escalable, asequible y segura… Creo que así será.”
Alemania tiene pensado abandonar la energía nuclear para 2022, y Suiza, para 2034. En Italia se votó en contra de restablecer su programa nuclear, que se interrumpió desde el desastre de Chernóbil en 1986, mientras que Bélgica ha decidido desmantelar las dos plantas nucleares del país. Además, en Francia la energía nuclear se está convirtiendo en un tema importante en las elecciones, en el que la oposición propone reducir la participación de la producción de electricidad del país, ahora de 74%, a 50% para 2025.
Sin embargo, el declive de la energía nuclear no es reciente: entre 2004 y 2011 se desmantelaron más plantas de energía nuclear en todo el mundo que las que se instalaron. Tan solo el año pasado en el mundo se instalaron un 50% más de nuevas plantas de energía eólica (41.2 gigavatios) en comparación con las establecidas para producir energía nuclear entre 2002 y 2011 (27.3 GW). En términos de producción de electricidad, la industria de energía eólica ha instalado el equivalente a 1.3 reactores nucleares por mes en los últimos tres años.
En Alemania, donde la energía nuclear representa el 22% de la producción de electricidad, ya es una alternativa realista la sustitución de reactores por energías renovables. En efecto, según un informe de la comisión de ética del gobierno alemán, ese país debería poder remplazar la energía nuclear por energías renovables en una década. El gobierno alemán calcula que los precios nacionales de la electricidad aumentarían solamente € 0.01 por kWh, equivalente a € 3 (3.90 dólares) al mes por un hogar alemán en promedio, si elimina gradualmente su parque nuclear. Si Alemania puede hacerlo, también Reino Unido (donde la participación de la energía nuclear en el suministro de electricidad es del 16%) y España (con una participación en el suministro de electricidad del 20%).
Asimismo, la Comisión Europea prevé un aumento significativo de la proporción de energías renovables en la combinación energética de Europa. Según los cálculos de dicho organismo, el 3% de todas las nuevas instalaciones para producir energía instaladas desde 2011 hasta 2020 serán nucleares, en cambio el 71% serán para la producción de energías renovables.
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Los que se oponen a las energías renovables argumentan que son onerosas y dependientes de los subsidios. No obstante, un informe del año pasado de la comisión de cambio climático del gobierno británico destacó que en 2011 el costo de la energía eólica marina fue menor al de la nueva energía nuclear, y pronosticó que seguirá siendo inferior en 2020, 2030 y 2040. Del mismo modo, el Tribunal de Cuentas francés ha dicho que el costo de la electricidad producida en nuevas instalaciones nucleares se podría disparar a € 70-90 por MWh en 2020 –nivel con el que la energía eólica marina podría competir sin problemas en gran parte de Europa.
Los inversionistas privados coinciden con dichas evaluaciones. De acuerdo con Citigroup, la incertidumbre en el Reino Unido sobre los planes de energía nuclear, los costos de construcción y de operación, los precios de la electricidad, los desperdicios y el desmantelamiento crean riesgos que “son muy grandes como para ofrecer un precio asequible de la electricidad”. Los inversionistas no participarán “a menos que el gobierno británico esté dispuesto a apoyar plenamente la construcción, los precios de la energía y las medidas relativas a los riesgos de operación y de seguridad.”
En octubre de 2011, el ex ministro británico de Energía, Chris Huhne, señaló que dos tercios del presupuesto para el departamento de Energía y Cambio Climático del gobierno, es decir, 2.4 mil millones de euros anuales se gastan en energía nuclear. Sin embargo, esa cifra es mínima en comparación con los costos de desmantelamiento. De acuerdo con Huhne, “las provisiones para cubrir los costos de desmantelamiento nuclear alcanzaron en total los 2 millones de libras en 1970, 472 millones de libras en 1980, 9.5 mil millones de libras en 1990, 22.5 mil millones de libras en 2000, y ahora, 53.7 mil millones de libras. Cuando la energía nuclear se analizó con el ojo frío del mercado se hizo evidente su poca rentabilidad.”
La energía eólica ha recibido una fracción del apoyo financiero que se le ha dado a la energía nuclear –y con todo, el viento puede suministrar electricidad a menos de la mitad del costo de las nuevas instalaciones de producción de energía nuclear. De acuerdo con la Agencia Europea de Medio Ambiente, el 80% de los subsidios totales a la energía en la Unión Europea se destinan a los combustibles fósiles y a la energía nuclear, mientras que el 19% es para las energías renovables. Además, la energía eólica no tiene costos de combustibles, mientras que los costos para la eliminación de residuos y de desmantelamiento son mínimos, y los riesgos para la salud humana y el medio ambiente, en comparación con los de la energía nuclear, son menores.
Los gobiernos de la Unión Europea ya están planificando cubrir el 14% la demanda de electricidad de la Unión con energía eólica para 2020. La industria estima que puede cubrir el 50% de la demanda para 2050. Dados los elevados precios del petróleo, el aumento del precio del carbón en la UE a partir de 2013, y el alto costo de la energía nuclear, la energía eólica marina es la opción energética sin carbono más viable en términos económicos.
Mientras tanto, la energía eólica marina ya está compitiendo con la nueva energía nuclear, y hay al menos otras diez tecnologías de energías renovables que son más inteligentes, limpias y menos riesgosas que la energía nuclear. En efecto, el futuro de la energía nuclear en Europa, no el de las energías renovables, es el que presupone enormes subsidios públicos.
En pocas palabras, la energía renovable sí puede llenar el vació que ha dejado la decadente energía nuclear. Europa no necesita la energía nuclear para cubrir sus futuras necesidades energéticas.
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Not only did Donald Trump win last week’s US presidential election decisively – winning some three million more votes than his opponent, Vice President Kamala Harris – but the Republican Party he now controls gained majorities in both houses on Congress. Given the far-reaching implications of this result – for both US democracy and global stability – understanding how it came about is essential.
By voting for Republican candidates, working-class voters effectively get to have their cake and eat it, expressing conservative moral preferences while relying on Democrats to fight for their basic economic security. The best strategy for Democrats now will be to permit voters to face the consequences of their choice.
urges the party to adopt a long-term strategy aimed at discrediting the MAGA ideology once and for all.
BRUSELAS– Durante años ha sido claro que Europa necesita de un sistema de energía que reduzca la dependencia de los combustibles fósiles, disminuya los costos futuros de la energía y combata el cambio climático. Sin embargo, el accidente de hace un año en Fukushima subrayó el hecho de que se requiere una fuente energética que llene el vacío que dejó la decadente energía nuclear. Muchos se preguntan: ¿la energía renovable tiene los atributos necesarios?
Después del derretimiento de reactores en Fukushima, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, señaló que es el momento de que el sector de las energías renovables muestre “que puede ser una fuente de energía escalable, asequible y segura… Creo que así será.”
Alemania tiene pensado abandonar la energía nuclear para 2022, y Suiza, para 2034. En Italia se votó en contra de restablecer su programa nuclear, que se interrumpió desde el desastre de Chernóbil en 1986, mientras que Bélgica ha decidido desmantelar las dos plantas nucleares del país. Además, en Francia la energía nuclear se está convirtiendo en un tema importante en las elecciones, en el que la oposición propone reducir la participación de la producción de electricidad del país, ahora de 74%, a 50% para 2025.
Sin embargo, el declive de la energía nuclear no es reciente: entre 2004 y 2011 se desmantelaron más plantas de energía nuclear en todo el mundo que las que se instalaron. Tan solo el año pasado en el mundo se instalaron un 50% más de nuevas plantas de energía eólica (41.2 gigavatios) en comparación con las establecidas para producir energía nuclear entre 2002 y 2011 (27.3 GW). En términos de producción de electricidad, la industria de energía eólica ha instalado el equivalente a 1.3 reactores nucleares por mes en los últimos tres años.
En Alemania, donde la energía nuclear representa el 22% de la producción de electricidad, ya es una alternativa realista la sustitución de reactores por energías renovables. En efecto, según un informe de la comisión de ética del gobierno alemán, ese país debería poder remplazar la energía nuclear por energías renovables en una década. El gobierno alemán calcula que los precios nacionales de la electricidad aumentarían solamente € 0.01 por kWh, equivalente a € 3 (3.90 dólares) al mes por un hogar alemán en promedio, si elimina gradualmente su parque nuclear. Si Alemania puede hacerlo, también Reino Unido (donde la participación de la energía nuclear en el suministro de electricidad es del 16%) y España (con una participación en el suministro de electricidad del 20%).
Asimismo, la Comisión Europea prevé un aumento significativo de la proporción de energías renovables en la combinación energética de Europa. Según los cálculos de dicho organismo, el 3% de todas las nuevas instalaciones para producir energía instaladas desde 2011 hasta 2020 serán nucleares, en cambio el 71% serán para la producción de energías renovables.
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Los que se oponen a las energías renovables argumentan que son onerosas y dependientes de los subsidios. No obstante, un informe del año pasado de la comisión de cambio climático del gobierno británico destacó que en 2011 el costo de la energía eólica marina fue menor al de la nueva energía nuclear, y pronosticó que seguirá siendo inferior en 2020, 2030 y 2040. Del mismo modo, el Tribunal de Cuentas francés ha dicho que el costo de la electricidad producida en nuevas instalaciones nucleares se podría disparar a € 70-90 por MWh en 2020 –nivel con el que la energía eólica marina podría competir sin problemas en gran parte de Europa.
Los inversionistas privados coinciden con dichas evaluaciones. De acuerdo con Citigroup, la incertidumbre en el Reino Unido sobre los planes de energía nuclear, los costos de construcción y de operación, los precios de la electricidad, los desperdicios y el desmantelamiento crean riesgos que “son muy grandes como para ofrecer un precio asequible de la electricidad”. Los inversionistas no participarán “a menos que el gobierno británico esté dispuesto a apoyar plenamente la construcción, los precios de la energía y las medidas relativas a los riesgos de operación y de seguridad.”
En octubre de 2011, el ex ministro británico de Energía, Chris Huhne, señaló que dos tercios del presupuesto para el departamento de Energía y Cambio Climático del gobierno, es decir, 2.4 mil millones de euros anuales se gastan en energía nuclear. Sin embargo, esa cifra es mínima en comparación con los costos de desmantelamiento. De acuerdo con Huhne, “las provisiones para cubrir los costos de desmantelamiento nuclear alcanzaron en total los 2 millones de libras en 1970, 472 millones de libras en 1980, 9.5 mil millones de libras en 1990, 22.5 mil millones de libras en 2000, y ahora, 53.7 mil millones de libras. Cuando la energía nuclear se analizó con el ojo frío del mercado se hizo evidente su poca rentabilidad.”
La energía eólica ha recibido una fracción del apoyo financiero que se le ha dado a la energía nuclear –y con todo, el viento puede suministrar electricidad a menos de la mitad del costo de las nuevas instalaciones de producción de energía nuclear. De acuerdo con la Agencia Europea de Medio Ambiente, el 80% de los subsidios totales a la energía en la Unión Europea se destinan a los combustibles fósiles y a la energía nuclear, mientras que el 19% es para las energías renovables. Además, la energía eólica no tiene costos de combustibles, mientras que los costos para la eliminación de residuos y de desmantelamiento son mínimos, y los riesgos para la salud humana y el medio ambiente, en comparación con los de la energía nuclear, son menores.
Los gobiernos de la Unión Europea ya están planificando cubrir el 14% la demanda de electricidad de la Unión con energía eólica para 2020. La industria estima que puede cubrir el 50% de la demanda para 2050. Dados los elevados precios del petróleo, el aumento del precio del carbón en la UE a partir de 2013, y el alto costo de la energía nuclear, la energía eólica marina es la opción energética sin carbono más viable en términos económicos.
Mientras tanto, la energía eólica marina ya está compitiendo con la nueva energía nuclear, y hay al menos otras diez tecnologías de energías renovables que son más inteligentes, limpias y menos riesgosas que la energía nuclear. En efecto, el futuro de la energía nuclear en Europa, no el de las energías renovables, es el que presupone enormes subsidios públicos.
En pocas palabras, la energía renovable sí puede llenar el vació que ha dejado la decadente energía nuclear. Europa no necesita la energía nuclear para cubrir sus futuras necesidades energéticas.