VIENA – La difusión de la inteligencia artificial por toda la economía presenta la posibilidad de —y, para muchos, el miedo a— que las máquinas eventualmente reemplacen al trabajo humano. No sólo se ocuparán de una parte cada vez mayor de las tareas mecánicas —como venimos observando desde la primera Revolución Industrial— también coordinarán tareas mediante la comunicación directa entre máquinas (la llamada Internet de las cosas).
VIENA – La difusión de la inteligencia artificial por toda la economía presenta la posibilidad de —y, para muchos, el miedo a— que las máquinas eventualmente reemplacen al trabajo humano. No sólo se ocuparán de una parte cada vez mayor de las tareas mecánicas —como venimos observando desde la primera Revolución Industrial— también coordinarán tareas mediante la comunicación directa entre máquinas (la llamada Internet de las cosas).