SAN FRANCISCO – El entusiasmo actual en torno a la inteligencia artificial no solo refleja el modo en que las aplicaciones de IA podrían transformar las empresas y las economías, sino también la expectativa de que pueda dar respuesta a retos como el cáncer y el cambio climático. Obviamente, la idea de que pueda revolucionar el bienestar humano es atractiva, pero ¿cuán realista es?
SAN FRANCISCO – El entusiasmo actual en torno a la inteligencia artificial no solo refleja el modo en que las aplicaciones de IA podrían transformar las empresas y las economías, sino también la expectativa de que pueda dar respuesta a retos como el cáncer y el cambio climático. Obviamente, la idea de que pueda revolucionar el bienestar humano es atractiva, pero ¿cuán realista es?