NUEVA YORK – Si bien nadie pone en duda el riesgo de una crisis caótica en la eurozona, en el caso de Estados Unidos la visión predominante es más optimista. En los últimos tres años, hubo consenso en torno de que la economía estadounidense estaba en el umbral de una recuperación sólida y autosostenible, que elevaría el crecimiento otra vez por encima del potencial del país. Pero esta visión resultó errada: el arduo proceso de desapalancamiento de los balances (producto del excesivo endeudamiento privado y su posterior traslado al sector público) implica que, en el mejor de los casos, la senda de recuperación discurrirá muchos años por debajo de la línea de tendencia.
NUEVA YORK – Si bien nadie pone en duda el riesgo de una crisis caótica en la eurozona, en el caso de Estados Unidos la visión predominante es más optimista. En los últimos tres años, hubo consenso en torno de que la economía estadounidense estaba en el umbral de una recuperación sólida y autosostenible, que elevaría el crecimiento otra vez por encima del potencial del país. Pero esta visión resultó errada: el arduo proceso de desapalancamiento de los balances (producto del excesivo endeudamiento privado y su posterior traslado al sector público) implica que, en el mejor de los casos, la senda de recuperación discurrirá muchos años por debajo de la línea de tendencia.