CAMBRIDGE – Mientras la administración del presidente norteamericano, Donald Trump, mantiene una actitud agresiva en las negociaciones comerciales y rescinde sistemáticamente las regulaciones introducidas por el presidente Barack Obama, una víctima probablemente sean los esfuerzos por combatir la epidemia de obesidad global. Sin controles, las tasas de obesidad en rápido crecimiento podrían desacelerar o hasta revertir las enormes mejoras en la salud y expectativa de vida que han beneficiado a gran parte del mundo en las últimas décadas. Y al imponerles su cultura alimenticia a países como México y Canadá, Estados Unidos no hace más que agravar el problema.
CAMBRIDGE – Mientras la administración del presidente norteamericano, Donald Trump, mantiene una actitud agresiva en las negociaciones comerciales y rescinde sistemáticamente las regulaciones introducidas por el presidente Barack Obama, una víctima probablemente sean los esfuerzos por combatir la epidemia de obesidad global. Sin controles, las tasas de obesidad en rápido crecimiento podrían desacelerar o hasta revertir las enormes mejoras en la salud y expectativa de vida que han beneficiado a gran parte del mundo en las últimas décadas. Y al imponerles su cultura alimenticia a países como México y Canadá, Estados Unidos no hace más que agravar el problema.